viernes, 11 de febrero de 2022

Manos Unidas

 La historia de la Campaña contra el Hambre comenzó en 1959, cuando un grupo de mujeres de Acción Católica Española hizo público un manifiesto en el que, respondiendo a un llamamiento de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), anunciaba su compromiso en la lucha contra el hambre en el mundo. Así comenzaron la primera Campaña contra el Hambre, a partir de la cual se fue configurando la actual Manos Unidas.  Se fueron organizando ayunos y colectas para denunciar y luchar contra el hambre y, poco a poco, el importe que se recaudaba iba subiendo hasta que en 1970 la recaudación fue mayor de lo habitual. Pero fue ese año, sobre todo, cuando la organización de la Campaña se consolidó ya que la Conferencia Episcopal Española acordó que se hiciera una colecta extraordinaria contra el hambre en el mundo en todas las parroquias de España (el segundo domingo de febrero), y que se convocara una jornada de ayuno voluntario el viernes anterior a dicho domingo.

La tarea que nos planteamos para la Campaña de 2022 es evitar que el muro de la indiferencia y la desigualdad condenen al olvido a más de mil millones de personas empobrecidas y hambrientas ante las que nunca debemos volver la espalda.
No podemos permanecer impasibles ante la desigualdad que condena al olvido y a la marginación a mujeres, niños, ancianos, personas con discapacidad, minorías étnicas… que representan a los “desheredados” de la Tierra.
"Nuestra indiferencia los condena al olvido", como dice el lema de la Campaña 63, pero estamos a tiempo de actuar.